sábado, 20 de julio de 2013

Testimonios de Donantes


 DONANTE DE MÉDULA ÓSEA


JUAN ANTONIO ROZAS ARANGUREN




"Volvería a donar médula ósea sin pensarlo dos veces"

Juan Antonio Rozas Aranguren, de 40 años y vecino de Pamplona, fue donante de médula ósea en 2006. Afirma que repetiría la experiencia ya que "con poco esfuerzo" se consigue ayudar a alguien que pasa por un momento muy delicado.

"Si con tan poco esfuerzo puedes ayudar a una persona ¿cómo no lo vas a hacer?"

"La donación de médula ósea es como una de sangre pero un poco más larga. La incomodidad es mínima"


"Es una experiencia que posiblemente no se puede repetir y te das cuenta de que la gente lo valora mucho. Eso te hace sentirte todavía mejor"

No lo pensó mucho, quizás porque desde hace años era donante de sangre. Juan Antonio Rozas Aranguren, 40 años, vecino de Pamplona e informático en el Gobierno de Navarra, recibió la llamada para ser donante de médula ósea, ya que estaba inscrito en el registro, hace dos años.

Reconoce que en un primer momento sintió un poco de miedo, sobre todo porque no sabía que la extracción se realiza igual que una donación de sangre. Pero pensó "¿cómo es posible que con tan poco esfuerzo no ayude a alguien en un momento tan delicado?". Y es que el trasplante de médula ósea puede salvar la vida al enfermo.

¿Cómo decidió hacerse donante?
Estudié Telecomunicaciones en Madrid, en Alcalá, y pasaba un autobús para recoger donaciones de sangre. Me informé y me hice donante de sangre.

¿Y donante de médula?
Eso lo hice en Navarra. Después de llevar unos años de donante de sangre. Pasó lo mismo. Ves, preguntas y acabas apuntándote. No es una cosa que requiera grandes sacrificios.

¿Conocía la donación de médula?
No mucho. Tampoco lo ves cerca y si con poco esfuerzo consigues ayudar a alguien ¿cómo no lo voy a hacer?
Hay que tener la inquietud de dar ese paso.
Sí, pero si vas donando sangre cada tres meses te empieza a llamar algo más.

¿Cómo fue la donación?
Me llamaron para decirme que era candidato. En ese momento sí te llevas un poco de susto pero cuanto te cuentan cómo es la donación se pasa. Vas pasando filtros y analíticas para conocer la compatibilidad.

¿Entonces sintió miedo?
Es por desconocimiento. Ahora la donación de médula es como una de sangre pero más larga.

¿Cómo fue la donación?
Dedicas una mañana. Según el receptor y otros aspectos calculan el rato para obtener lo que necesitan. Estuve unas cuatro horas. Sacan la sangre por un brazo y entra por el otro. Es un poco molesto pero porque estás mucho rato sentado, pero es poca molestia.

¿Tras la donación cómo se encontró?
Bien. Quitanto esa pequeña incomodidad por la postura no he notado nada. Me han hecho revisiones y no tiene ningún efecto.
No es una paliza...
No. Incluso cuando he donado sangre lo he notado más. En la donación de médula es más el tiempo que empleas porque sólo se quedan con lo que les interesa de la sangre. A mí me sorprendió esta manera de donar. Creo que no le han hecho la publicidad suficiente y que se desconoce.

¿El personal le animaba?
Sí, pero te dejan claro que si no es el momento por el motivo que fuera no tienes por qué hacerlo.

¿Cómo se siente?
Es muy gratificante. Te sientes muy a gusto. No tienes contacto con la persona que ayudas pero notas que has hecho algo, una buena acción.

¿Se lo dijo a su familia?
Sí. Y te das cuenta de que la gente lo valora mucho. Ese reconocimiento te hace sentirte aun mejor. Somos cuatro hermanos. Tú lo vives desde dentro y le quitas importancia porque piensas que tampoco ha costado tanto. Pero desde fuera te dicen: ¡qué valiente! Además, hay personas que igual han tenido un familiar enfermo y ves que te lo agradecen emocionados. Eso anima mucho.

¿Cómo animaría a la gente?
No sé. Es una experiencia que no se puede repetir: con poca inversión, por decirlo de alguna manera, obtienes una gran recompensa. Igual para coger una entrada haces una cola de tres horas.

¿Repetiría?
No sé si hay muchas posibilidades pero lo haría sin pensarlo, aunque costase más esfuerzo.

¿Se enteró de quién era su receptor?
No. Creo que era alguien de España y, por la cantidad, de poco peso. No soy muy curioso y tampoco pregunté pero da igual. Tu sabes que ayudas a alguien y ya está.

¿Cree que la gente está mentalizada con esta donación?
La conciencia está pero creo que cuesta o puede haber pereza para dar el paso. Si lo ves en alguien cercano, te anima más.

¿Hace falta más divulgación?
Creo que sí, pero no sé cuál es la manera de llegar a la gente. Creo que no se sabe bien cómo se realiza esta donación. Las campañas de famosos, como Carreras o Serafín, están bien porque le ponen cara y te identificas. Además, apuntarse no compromete si, por ejemplo, te llaman en un mal momento personal.

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